"Dinámica de lo impensado" más allá de lo futbolero
- Carlos Luro
- 30 dic 2020
- 2 Min. de lectura

En el momento de transferir el mando a Tim Cook, el legendario Steve Jobs
- iniciador de Apple- le dijo: “No te preguntes que haría yo, haz lo correcto”.
Glupp! Se habrá atragantado el bueno de Tim. Mal no le fue.
Si algo ha caracterizado al 2020 es la sucesión de imprevistos y radicalidad de los cambios. Como en el fútbol.
No hubo ni cisnes negros, ni diseño de futuros, ni novelas distópicas que hubieran al menos previsto como posibilidad, un acontecimiento de tal magnitud global, y que cambiara todo de manera tan profunda y veloz.
Si la Revolución industrial significó -a partir de la energía por vapor-, tremendas e irreversibles modificaciones sociales, culturales y económica, parecería que el ignoto bichito del CoVid también puede quedar en la historia como un asombroso causante y motivador de varias otras revoluciones.
Teletrabajo, reuniones virtuales, nuevas modalidades comerciales, profundas modificaciones de espacios laborales, otras formas de pago y de movilidad, asombrosas precauciones y protocolos. La lista de los cambios es interminable.
Como no podía ser de otra manera los impactos en el ámbito empresarial fueron inmediatos.
Entre cuarentenas, restricciones e inmovilizaciones todos los procesos de abastecimiento, manufactura, logística de distribución y políticas comerciales se alteraron radicalmente y en la generalidad de los casos con importantes disminuciones con respecto a los añorados tiempos normales.
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Y ahora: ¿como sigue la película?
¿Cómo “hacer lo correcto” y no pifiar en el intento?
¿Es posible desde una perspectiva más terrenal y no tan Silicon Valley lograrlo?
“Hacer lo correcto” debería traducirse en no hacer necesariamente lo que al propietario y/o director máximo se le antoja sino lo que objetivamente es lo mejor para la empresa. Ahora o en el largo plazo.
“Hacer lo correcto” es anteponer a una perspectiva individual intuitiva y pretendidamente acertada, un conocimiento colectivo. Conocimiento colectivo que permitirá tomar decisiones racionales basándose en datos objetivos, cuantificables y rotundamente verificados.
“Hacer lo correcto” es conformar equipos que desde la multiplicidad de experiencias y miradas diferentes enriquezcan con sus diversos aportes perspectivas disímiles de los impactos, más o menos “esperables”, que generan los acontecimientos imprevisibles e inesperados.
“Hacer lo correcto” sin infundados optimismos y sin lacerantes pesimismos. Porque “No se trata de decir que las cosas son buenas cuando no lo son, ni de transmitir una fe innata en que «todo saldrá bien». Se trata de creer que tú y las personas que te rodean podéis encauzar la situación para obtener el mejor resultado posible, y no de transmitir la sensación de que todo está perdido si las cosas no salen a tu manera. La pauta que marcas como líder tiene un efecto enorme en las personas que te rodean. Nadie quiere seguir a un pesimista...."
Robert Iger. CEO de Disney
“Hacer lo correcto” implica, como corolario y aprendizaje, abandonar la falsa seguridad de lo conocido y atreverse a liberar el pensamiento creativo, ‘out of the box’, en el apasionante rumbo de la innovación y mejora permanente.
Un fellinesco 2020 parece culminar pero en el 2021, con o sin CoVid, con o sin optimismo/pesimismo, la historia del mundo continuará.
…E… la nave va…