Le fil´s rouge entre mayo´68 y los bitcoins
- Carlos Luro

- 23 sept 2019
- 3 Min. de lectura
La observación de la historia permite descubrir sutiles y curiosas relaciones entre hechos sin ninguna vinculación aparente.

En las últimas décadas nuestras vidas han sufrido tremendas transformaciones que superan con accesibles realidades cotidianas los sueños más delirados e imaginativos que pudiera haber tenido cualquier persona a lo largo de la historia.
Si los más variados objetos técnicos modificaron la vida, la irrupción de internet y las expresiones culturales de los novedosos ambientes digitales - con las aplicaciones y las redes sociales- fue otra “vuelta de tuerca” de cambios revolucionarios, de toda índole, a velocidad exponencial y sin vuelta atrás…( la expresión “vuelta de tuerca” responde en sí misma a una visión mecanicista pre era digital y cibernética).
La “cultura internet” es definida como una mezcla híbrida entre lo científico (meritocrático, innovador, jerárquico) y lo hacker ( desprecio por la autoridad, cooperación, independencia y autodidáctica).rev. Cultura económica N°93.
La expresión “anything goes” -casi un grito guerrero- puede ser válidamente utilizada tanto por un joven emprendedor en un mítico garaje cómo por un lobo financista de Wall Street.
La modalidad cultural predominante en internet, sobre la que se apoyan las redes sociales, exige colaboración entre pares, el conocimiento compartido y el intercambio de experiencias acumuladas tanto de los innumerables fracasos
( dolorosamente ignorados) como de los escasos éxitos.
Todo para seguir aprendiendo, ir modificando lo necesario y seguir intentando. Cada vez a mayor velocidad y sin demorar demasiado tiempo en lamentaciones y prolongadas reflexiones.
Este conocimiento acumulado y compartido ya era una inquietud de F. Hayek que en un escrito de 1945 se preguntaba cómo podía ser que a pesar que el conocimiento estuviera tan fragmentado se lograran resultados tales como si una mente superior organizara los mercados. F.Hayek,The use of knowledge in society, 1945
Con internet y las redes aparece una nueva esencia, diferente, disruptiva y que debe considerarse para intentar comprender el nacimiento vertiginoso de novedosos emprendimientos laborales y comerciales; Esta esencia es: la enorme influencia del conocimiento acumulado y compartido.
Quizás una parte de la respuesta a lo que planteaba el renombrado economista Hayek y que explique parcialmente la incipiente cultura internet sea la que ofrece un filósofo, Alain Supiot, quién dice que las redes son como “estructuras policéntricas en que cada elemento es a la vez autónomo y está conectado con todos los demás” A:Supiot, 2007 Homo juridicus.
Las condiciones de incertidumbre extrema y cambios radicales a altísima velocidad exponencial serán los probables escenarios en dónde habrá que desempeñarse en cualquier ámbito de nuestra vida desde lo familiar a lo social, desde lo laboral a lo económico.
Las empresas, tal como las conocíamos, también están transformándose velozmente.
Muchas de ellas sin saber muy bien a dónde arribaran por los arrolladores cambios. Si es que arriban.
Como los conceptos han variado tan profundamente ahora ya no se pretende investigar las demandas insatisfechas, desarrollar una idea de producto o servicio, plasmarla en un objeto deseable, estudiarlo en todos sus detalles, producirlo y comercializarlo obteniendo cifras astronómicas de ganancias.
Ahora no. Ese formato va quedando desactualizado.
Ahora desde la idea inicial se procura llegar al producto minino viable, ir aprendiendo en el camino midiendo las respuestas de usuarios y volver a recorrer el circuito a alta velocidad en un desarrollo continuo.
Probablemente los usuarios finales no sean los mismos clientes a los cuales se les ofreció el producto surgido de la idea inicial. Ni sus necesidades satisfechas sean las mismas.
Eric Ries, en el libro Método lean startup intenta explicar el circuito de alta velocidad e incertidumbre indicando tres etapas del proceso: CREAR-MEDIR-APRENDER. Siempre midiendo, siempre modificando, siempre asimilando nuevos requerimientos de los usuarios.
Los conceptos de cómo entendemos las intermediaciones de toda índole fueron víctimas de la ola revolucionaria: desde el mensaje del enamorado con promesa de amor eterno a la inmediata orden del “fly to quality” retrotrayendo una riesgosa inversión.
Esta novísima concepción implica trabajar muy creativamente y con absoluta libertad sin detenerse en consideraciones jerárquicas ni protocolares.
Dado que “proyecto mata a proyecto” la velocidad de adaptación, creatividad, intuición y elaboración de diversas intermediaciones se apoya más en la novedosa faceta rebelde hacker que en la anterior faceta jerárquica científica.
A pesar de que ambas caracterizan a la simbiosis cultural de internet.
Esa necesariamente rebelde libertad creativa, desestructurada, idealmente solidaria, no respetuosa de armazones organizacionales anquilosadas y que pretende ir aprendiendo a medida que va realizando, tiene una fuerte conexión-mediante un hilo casi invisible- con algunas de las más famosas consignas juveniles de Berkeley y de Mayo del´68: “la imaginación al poder”, “prohibido prohibir”, “cambiar deseos por realidades” y “la acción no debe ser una reacción sino una creación”.
Todavía no existía internet ni las redes sociales pero la semilla libertaria estaba esperando el momento de su despertar primaveral.




















