Las ballenas son de nosotros......Las vaquitas son ajenas.
- Shinka Consulting
- 18 jun 2019
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La libertad de circulación de datos, fundamento ineludible de la Inteligencia Artificial (IA).
Entre los economistas circula el concepto de que las ballenas por ser patrimonio exclusivo de la humanidad, es decir de todos y de nadie, al nadar libremente por los mares, son presas de una intensa actividad de caza y faena. Por eso están en inminente peligro de extinción.
Las vacas por el contrario, engordando plácidamente en un potrero o en un controlado feedlot, bajo la atenta mirada de un ganadero propietario, tienen por delante un promisorio futuro de proteínicas hamburguesas para los hambrientos mercados de China y la India.
A las ballenas se las pretende defender en burocráticos foros internacionales con tan emotivas como inútiles apelaciones. Por el contrario a las vacas los ganaderos las custodian- ante intromisiones extrañas- con métodos algo más prosaicos, pero altamente efectivos: alambrado de cinco hilos, balazos, perdigonadas, etc.
En el interior del capitalismo anida el “egoísta” sentimiento de la propiedad y de la generación de la propia riqueza. Esto lo experimentan tanto los chinos como los hindúes, cuyas últimas generaciones comienzan a disfrutar de un bienestar y de acceso a comida y bienes como nunca antes habían conocido en sus milenarias historias.
“Los profanos creen que la economía consiste en campesinos cultivando trigo, obreros fabricando ropa y clientes comprando pan y calzoncillos. Pero los expertos ven la economía como un mecanismo para acopiar datos sobre deseos y capacidades, y transformar esos datos en decisiones” Y.N. Harari, Homo Deus; Penguin Random House Editorial, 2016.
Precisamente sobre éste novedoso punto gira ahora el desarrollo futuro del progreso económico global: la captación de millones de datos que mediante inteligencia artificial permiten auscultar minuciosamente los hábitos de los más diversos mercados.
Y.N. Harari, en el mismo libro, provocativamente argumenta que el colapso de las economía de planificación centralizada (como fueron el comunismo soviético y sus países satélites), se debe menos a los misiles y agresivos armamentos, que a la rápida generación, captación y utilización de millones de datos que las economías libres utilizan para mantener activa la rueda de oferta y demanda de millones de objetos y servicios para otros tantos millones de consumidores.
Con el intercambio permanente y libre de datos, entre esos millones y millones de destinos diversos y diferentes, los mercados globales se desarrollan expandiéndose en múltiples direcciones que superan cualquier intento de planificación centralizada.
Mediante la “nueva religión del dataismo” es posible anticipar tendencias, descubrir nichos, crear necesidades, satisfacer deseos, pronosticar decisiones, prever consumos, comprar insumos, planear producciones, verificar resultados; En pocas palabras: mantener en permanente actividad y veloz crecimiento la inagotable rueda de la satisfacción de los deseos y de la ambición por las riquezas. “Alma mater” tanto del capitalismo como del desarrollo económico de la humanidad a lo largo de la historia.
Las dos prolíficas ramificaciones del "dataismo": la fluida circulación tanto de informaciones comerciales como de las más diversas expresiones multiculturales derivan del mismo tronco común: la mano invisible del libre flujo de datos.
La Inteligencia Artificial (IA) permite agrupar, analizar y concluir en valiosos conocimientos que alimentan desde la ciencia más compleja y refinada de la exploración espacial o micromolecular hasta las simples operaciones de compra y venta de chupetines en un kiosco barrial.
El “dataismo” permitirá planificar, a toda velocidad, el desarrollo de infinidad de mercados – algunos tradicionales y otros impensados actualmente- alrededor del mundo.
Cada vez más los libres flujos de datos, procesados con IA nos brindarán mayores precisiones sobre toda la actividad planetaria impulsando una incesante evolución tecnológica. Con una creciente influencia en todos los campos del conocimiento humano: lo económico, lo social, lo cultural e incluso lo filosófico y lo religioso.
Datos, datos y más datos.
Conocimiento y velocidad.
Ninguna persona ni empresa podrá permanecer aislada o liberarse de ésta nueva tendencia.
Ante tremenda perspectiva disruptiva que modificará de raíz modelos de negocios y conceptos comerciales la disyuntiva se da entre morir como mártires inmolados en las empresas que niegan los cambios (defendiendo ballenas) o convertirse en enfervorizados misioneros anticipando qué combo solicitarán los consumidores de hamburguesas.




















