La conquista de Marte y el sentido del trabajo

¿Es necesario embarcarse en grandes proyectos para encontrarle sentido al trabajo cotidiano?

Elon Musk, es un reconocido empresario creador y fundador de varias empresas que irrumpieron en el escenario mundial con inesperado éxito en sus actividades.

PayPal, Tesla, SpaceX y SolarCity son ejemplo de sus geniales creaciones en donde se fusiona la original creatividad, el desarrollo tecnológico de excelencia y una indudable intuición comercial.

Sin embargo Elon Musk ha dicho públicamente que su fe en las tecnologías y los desarrollos científicos aplicados lo lleva al extremo de pensar que se trata de los fines que hay que perseguir para que la humanidad progrese.

“La meta última de Musk es convertir a la humanidad en una especie interplanetaria. Esto puede sonarle estúpido a algunos, pero no hay la menor duda de que es su raison d´étre. Musk ha decidido que la supervivencia del hombre depende de que se establezca una colonia en otro planeta y que debe dedicar su vida a conseguirlo” Capítulo 11; La teoría del campo unificado de Elon Musk; en el libro Elon Musk de Ashlee Vance, pág.373

Sin duda que Musk ha logrado, sinceramente, encontrarle un sentido lo suficientemente motivador y entusiasta a su actividad, con el que contagia a todos los que trabajan en sus empresas.

Entusiasmo y motivaciones que otros grandes líderes actuales lograron transmitir en sus respectivas corporaciones: Bill Gates en Microsoft; Jeff Buzz en Amazon, Larry Page y Sergei Brin en Google; Mark Zuckerberg en Facebook; Steve Jobs en Apple; etc.

La capacidad de transmitir el entusiasmo y la motivación que demostraron estos brillantes emprendedores, los ha llevado a modificar de raíz las respectivas industrias y áreas de negocios, en las que descubrieron y desarrollaron oportunidades disruptivas.

Esas modificaciones profundas, sin embargo, no hubieran podido llevarse a cabo si estos empresarios no intuyeran también que debían crearse condiciones laborales en sus empresas, que les permitieran sumar a sus insuperables intuiciones, el trabajo mancomunados de todos los colaboradores en pos de los mismo objetivos.

Desarrollaron “una nueva sensibilidad” en la conducción empresarial.

La nueva sensibilidad, es el título del un libro de 1988, de Alejandro Llanos, Rector de la carrera de filosofía de la Universidad de Navarra, en donde casi proféticamente, explicita valores emergentes en el management de la segunda mitad del siglo XX.

Y que ahora son plenamente vigentes en las empresas globalmente más exitosas en casi todas las industrias, sustituyendo los conceptos sobre los que se erigieron las empresas de la última centuria.

Estos valores los podríamos encontrar y describir en varios ítems que han ido evolucionando. Desde la finalidad buscada, que se modificó esencialmente desde el puro beneficio económico, al prestar servicios a la sociedad.

Contemplando la tendencia humana que se fue transformando del adquirir y la sola posesión al crear y compartir con otros.

Desde impulsar esfuerzos que buscaban resultados económicos inmediatos a desarrollar estrategias que crean condiciones que le dan sentido al trabajo de todos.

Modificando las consecuencias de la obtención de ganancias en el corto plazo a embarcarse en emprendimientos sustentables en el largo plazo.

Desarrollando a las personas y modificando las actitudes desde la estéril búsqueda del status personal solitario, a la inclusión e integración en la diversidad.

Desde el consumismo para intentar la autosatisfacción fugaz, al enriquecedor autodominio y autoconocimiento pleno.

Los valores emergentes responden a nuevos criterios y expectativas de los individuos y del conjunto de la sociedad.

Todos estos “novedosos” valores emergentes se apoyan, en la realidad, en los más primitivos y antiguos deseos de las personas desde el inicio de la historia: ser reconocidos como tales y recompensados por sus acciones.